Una reflexión para prepararnos para el morir desde ahora

Una reflexión para prepararnos para el morir desde ahora

Cuando meditas y simplemente reflexionas un poquito en ese tema de que nos vamos a morir, te llega un shock, te das cuenta de que si va a suceder. No siempre estamos conscientes de esto, aunque lo sabemos, no estamos conscientes todo el tiempo.

¿Cómo estás viviendo?, ¿Qué quieres cambiar? ¿De qué te arrepentirías si te murieras ahorita?. ¿Qué te hubiera gustado cambiar? o a ¿Qué le quisieras poner más atención?

Al meditar en esto, al reflexionarlo, obviamente empiezas a vivir más consciente. A darte cuenta de que no tiene caso que le dediques tiempo a ciertas cosas y actividades. Ni tiene caso que te enojes o te pelees por esto o aquello.

Desde esta perspectiva, no tiene mucho sentido, porque no hay nada permanente. La conciencia tampoco es permanente, aunque de algún modo es eterna, está cambiando, es una energía que fluye. La experiencia continúa, pero no permanece estática. Si esta vida fuera permanente, justificaría muchas de las cosas que hacemos, por las que invertimos tanto tiempo, dinero, esfuerzo, y por las que nos metemos en problemas.

Sin embargo, a veces hacemos cosas que no tienen sentido. Entonces reflexionar en la muerte, meditar sobre ésta, nos ayuda nos ayuda mucho. Nos ayuda a darnos cuenta de cómo podemos irnos sin causar tantas molestias a otros, y de cómo podemos ayudarles en ese proceso.

En los cursos de tanatología, se te motiva a que prepares tu testamento, a que tengas todos tus papeles en un folder o en algún lugar que sea fácil para tus seres queridos accesar, que les digas qué quieres que hagan con tu cuerpo y con tus cosas. En la medida en que puedas dejar esas instrucciones muy claras y que les puedas dejar las cosas organizadas, el proceso para ellos no va a ser tan difícil, porque a veces, aparte de que se les va un familiar, luego hay que lidiar con una cantidad de papeleos, situaciones y problemas que no tenían contemplados. Por lo que si puedes dejarles instrucciones claras de lo que deseas, datos importantes, como facturas, contraseñas, etc., lo que sea que ellos vayan a necesitar en esos momentos para hacerse cargo de tus posesiones, eso ayudará a tus familiares a unirse en esa situación. Y a hacer lo que tu querías. Es algo que puedes ya empezar a hacer por tus seres queridos, y es una forma de prepararte y de tener un acto de amor y compasión hacia ellos hasta el último momento.

Puedes dejar instrucciones escritas o grabadas, tan específicas como por ejemplo, “si estoy en tal circunstancia, me gustaría que me medicaran, que me revivieran o no me revivan por medio de aparatos, déjenme morir. Me gustaría ser hospitalizado en los últimos momentos, o me gustaría, si se puede, morir en mi casa”. Cualquier tipo de instrucción que tú puedas dejar, puede ser de gran ayuda y si tienes una comunidad de amigos que practican la meditación, puedes pedir que se les notifique de tu circunstancia, porque sabes que tus amigos van a estar dedicando su práctica de meditación por ti, o haciendo plegarias de acuerdo a la tradición espiritual que practiques. Tu comunidad puede ayudarte en ese proceso.

Se dice, según los tibetanos, que cuando tú experimentes el proceso de la muerte, si tienes entrenamiento en la meditación, puedes entrar consciente en ese proceso. Así como de los sueños lúcidos, si tienes entrenamiento, puedes entrar lúcido al sueño, y puedes estar consciente en el estado de los sueños. De igual manera, te puedes entrenar para entrar lúcido al estado de la muerte. Si no tienes ese entrenamiento, entras en un blackout, similar al quedarte dormido e inconsciente, por tres días.

Se dice que en esos tres días, es recomendable que se hagan papeleos, y repartición de cosas, aunque de preferencia es mejor esperar 49 días antes de empezar a repartir tus cosas o involucrarse en asuntos legales, ya que esto puede perturbarte cuando recobres la consciencia después de esos tres días. Si tú, antes de morir regalas tus cosas y no tienes apego no te afectará, pero si les tienes apego, eso te puede perturbar.

Según la teoría de los tibetanos, después de esos tres días, tú despiertas en un estado como de sueño, al que se le llama el Bardo. Cuando tú despiertas de ese periodo, vuelves a surgir en un cuerpo, como tu mente está familiarizada con este cuerpo actual, te vas a ver a ti misma con un cuerpo de sueño similar. Casi siempre cuando te sueñas, te sueñas con este cuerpo. Quizá, a veces te sueñas sin cuerpo o a veces con otro cuerpo totalmente distinto, pero por lo general, por hábito te sueñas con este cuerpo, el que tienes en esta vida. En el Bardo, eso pasa, te ves a ti misma con el cuerpo con el que estás habituada a verte. Entonces en ese estado, vas a tu casa y puedes percibir el entorno de tus seres queridos, puedes verlos y puedes escuchar los pensamientos de estos seres.

Tu mente esta aumentada, más despierta, más inteligente. Si tus amigos o tus familiares te están diciendo cosas positivas, como por ejemplo: ”No tengas miedo, deja ir tus apegos…» o te empiezan a dar instrucciones, como por ejemplo, leyéndote en voz alta el Libro Tibetano los Muertos, que es todo un libro de lleno de instrucciones para darle a la persona que se está muriendo o que ya murió, para recordarle todo el entrenamiento que ha tenido durante la vida. Se dice que en esos momentos tu mente está muy inteligente, se incrementan sus facultades porque ya no tienes, ciertos velos cognitivos que tenías en esta vida, y si tú sigues esas instrucciones y prácticas, —y claro que si las practicaste durante tu vida, es más fácil—si las prácticas en ese momento porque te las están recordando, es más fácil que te ilumines. Iluminarte significa que despiertes, que te hagas consciente, que te hagas consciente de que todo lo que está surgiendo, es una apariencia que está surgiendo en la mente.

Igual que en esta vida, todo lo que percibimos en esta realidad es como un sueño, está surgiendo en la mente de todos nosotros y ahí ya se vuelve compleja la filosofía de cómo funciona esto, pero lo importante que hay que recordar, es que, lo que tú percibes son tus apariencias, son las apariencias que están surgiendo dependiendo de tu karma, dependiendo de tu historia, de lo que has cultivado. Igualmente cuando mueres, van a surgir ese tipo de experiencias. Por eso nos entrenamos en esta vida, en la compasión, en la sabiduría, en la paciencia, ya que todas estas prácticas nos van a ayudar a generar karma positivo, mérito, para que se manifiesten en nuestro futuro cosas que nos den agrado o felicidad. Es verdad que uno no debe hacerlo nada más con esa motivación, porque seguimos en el mundo de las apariencias. Lo importante es darte cuenta que son apariencias, por eso practicamos también las prácticas del Vipashyana, “la visión superior”, para desarrollar esa sabiduría cognitiva. Para ver qué las cosas que percibimos son proyecciones, para poder ver las cosas como son, vacías de identidad inherente pero dependientes de causas y condiciones.

Todo este entrenamiento, nos ayudará en el proceso de prepararnos para el morir. Estas meditaciones nos van llevando de la mano, paso a paso.
En meditaciones previas hemos reflexionado en lo Preciado de esta Vida Humana, en que La Mente es la Causa de la Felicidad y del Sufrimiento, ¿se acuerdan de estas meditaciones? aquí les dejo los enlaces para que las hagan.

En éstas reflexionamos en cómo el sufrimiento surge del apego, de la aversión y de la ignorancia. Todas estas prácticas van entrelazadas y nos van ayudando a desarrollar por un lado, la compasión, el amor, las virtudes del corazón y por otro lado la sabiduría, el entendimiento, la concentración, el entender cómo existimos, cómo existen las cosas, como existe la realidad, y cuando integramos éstas, es que empezamos a despertar a la realidad.

Ya no vivimos en piloto automático, ya no vivimos adormecidos, ya no vivimos preocupados sólo por los intereses mundanos, creyendo que la felicidad está en esas cosas, ya nos damos cuenta de que nuestra felicidad depende del autoconocimiento, del entendimiento y del desarrollar esa conexión con todos los seres.

Estas meditaciones que hemos discutido, son parte del camino del Lam Rim, “el Camino Gradual”.

Ésta meditación, llamada “Imaginando a nuestra muerte”, es una continuidad de la meditación que hicimos la semana pasada, donde meditamos sobre “Los nueve puntos sobre la impermanencia y la muerte”. Todas estas prácticas están interconectadas.

Hay otra meditación muy bonita que podemos hacer después, donde vamos imaginando cada disolución y las visiones que se tienen durante el proceso de morir, por ejemplo cuando se disuelve el elemento tierra, que es la solidez, nuestro cuerpo siente como que se está hundiendo y empiezan a haber ciertas visiones. Con cada disolución hay una experiencia diferente, a veces son visiones de chispas o de neblina o una visión similar a un amanecer o atardecer, dependiendo de el proceso en el que vayamos. También es muy interesante saber que hay cuatro etapas antes de que se cese la respiración y cuatro etapas después de que ya cesó la respiración. Mientras más conscientes estemos de estas etapas, más fácil va a ser ese proceso. Estas disoluciones, se dan cada noche cuando nos vamos a dormir y también al despertar cada mañana surge ese proceso pero en forma inversa, por lo que si aprendemos a estar conscientes en ese proceso de disolución al entrar al sueño, nos vamos preparando también para el momento de la muerte. No es fácil, pero poco a poco, con estas prácticas vamos generando esa conciencia. Practicamos estar conscientes en cada momento y
aprovecharlo como parte de nuestra práctica.

Qué bonito que podamos dedicar aunque sea un ratito a la semana a hacer estas prácticas. Nos sirve a todos y realmente eso es meditar, es como el gimnasio de la mente. Entrenarnos, familiarizarnos con estas meditaciones una y otra vez, y cada vez comprendemos más. Este aprendizaje impregna toda
tu vida. No vamos a lograr un cambio de noche a la mañana, porque estamos muy habituados y a menudo caemos en piloto automático y cometemos errores, pero poco a poco hay que cultivar esa relación con uno mismo, perdonarnos y saber que estamos haciendo lo mejor que podemos, y con paciencia, mientras le pongamos un poquito de conciencia y de atención a nuestra mente, empiezan a darse cosas maravillosas.

Por lo tanto es muy importante, hablar de este tema abiertamente con tus familiares y poderte preparar. Algo que sí puedes hacer desde hoy, porque no sabemos si nos vamos a morir mañana o pasado mañana, algo que podemos hacer ya, de una vez, sobre todo si tienes ese vínculo tan cercano con alguien que depende mucho emocionalmente de ti, es escribirles una carta como si fuera una despedida y guárdala, porque realmente les puede ser de mucha ayuda en esos momentos.También nos ayuda platicar de esto en familia y preguntarle a cada quien, «A ti qué te gustaría?».

Recuerda, que te puedes morir en un accidente o por cualquier cantidad de cosas que están fuera de tu control, por lo que esta meditación la podemos hacer con diferentes posibles situaciones. ¿Qué pasaría si me muero de una enfermedad? o ¿Qué pasaría si me muero de un accidente? y también nos sirve el reflexionarlo, al principio hay resistencia, pero nos sirve para ir soltando el miedo. Cuando tú reflexionas y te familiarizas con una idea, le vas perdiendo también el miedo. El objetivo de estas prácticas no es deprimirnos o entristecernos, sino el ayudarnos a aprovechar nuestras vidas y a vivir más conscientes.

Aquí les dejo la grabación tanto de la meditación como de la reflexión, recuerda que las puedes encontrar también cada semana en el podcast y en el canal de youtube. Y si quieres unirte a las sesiones online en vivo, regístrate aquí, son completamente gratuitas.

Meditaciones para trabajar con emociones

Meditaciones para trabajar con emociones

En el contexto de la práctica de Shamatha del Asentar a la Mente, si surge alguna emoción, por ejemplo, el enojo, durante una sesión de meditación, puedes darte cuenta de que está surgiendo, pero es diferente a ver un pensamiento, es más como si toda tu experiencia estuviera repentinamente contaminada por el emoción, si te quedas quieto y lo observas, también puedes darte cuenta de su disolución.

En el contexto de las prácticas de las Aplicaciones de Mindfulness y Vipashyana, puedes aplicar la investigación y preguntar, ¿dónde está ubicado el enojo? ¿Dónde lo siento, en mi vientre, en mi cabeza, etc.? ¿Tiene color, forma, etc? Y a investigar. Al hacer esto, puedes obtener intuición de su naturaleza vacía. También dirigiendo tu atención a la emoción en lugar del referente que son los pensamientos que la alimentan, en otras palabras, al no seguir los pensamientos que dan lugar a la ira, entonces la emoción comenzará a disolverse.

Cuando se practica en el contexto de la conducta ética mientras se realizan actividades e interacciones con otras personas, hay varios antídotos que se pueden aplicar, como el no hablar, tomar espacio, practicar la paciencia, etc., hay muchas sugerencias de Santideva y otros grandes maestros.

Cuando practicas en el contexto de Dzogchen, reconoces la ira como una manifestación de la sabiduría cuál espejo de la conciencia primordial y se auto libera.

Lo importante es practicar algo, a veces podrás verlo surgir y sin comprenderlo será auto-liberado, otras veces serás completamente dominado, pero aún tendrás tiempo para aplicar un antídoto y evitar que se transforme en palabras y acciones hirientes.

En otras ocasiones, te encontrarás lamentando lo que hiciste o dijiste, pero aún podrás aplicar una práctica de purificación.

Como dicen los Maestros, usando la analogía de un bosque que se incendia, si ves una chispa, podrías detenerlo pisándola rápidamente, pero si el fuego se está extendiendo en el bosque, deberás aplicar medidas más fuertes.

Por eso es tan importante entrenar en el cojín y estar al tanto de nuestro estado mental en todo momento entre sesiones.

Cómo es hacer un Retiro Vipassana en la escuela de Goenka

Cómo es hacer un Retiro Vipassana en la escuela de Goenka

Hacer un retiro Vipassana en la escuela de Goenka puede ser una experiencia muy diferente para cada persona. Lo primero que hay que saber es que ésta pertenece a la tradición del budismo Theravada donde se aspira a la liberación del sufrimiento a través de la renuncia a los placeres mundanos, la practica de la concentración y la práctica del Vipassana a través de la cual se desarrolla una sabiduría superior. Ellos no tienen el ideal del bodhisatva, y otras prácticas del budismo tibetano como lo son los tantras caracterizados por visualizaciones y recitaciones de mantras. Por lo que si vas a uno de sus retiros de 10 días debes saber cómo son y lo que vas a practicar ahí.

Principalmente lo recomendaría si quieres meditar intensamente en el Shamata (calma mental y desarrollo de la concentración) y la aplicación de la atención al cuerpo. En un ambiente especialmente creado para que puedas hacerlo sin distracciones y por un precio accesible, cada quien dona lo que puede.

Hay que tener una mentalidad abierta y adaptarte a las reglas del lugar, que están diseñadas para que no tengas que preocuparte de la comida, hospedaje, ni de socializar. También te sirve para desintoxicarte del apego a tu celular y al internet, y para cultivar una disciplina diaria de meditación.

Si el silencio, las reglas y la falta de estímulos (no se permite leer, escribir, chatear y otras actividades conceptuales) te asustan, tal vez sea mejor que busques otro tipo de retiros menos estrictos.

Algo muy importante es que no confundas como mucha gente hace, el simplemente estar atento del cuerpo como una práctica Vipassana. Para que realmente se de el Vipassana o sabiduría superior, se necesita que haya análisis sobre la forma en que los fenómenos existen, analizando sus partes, impermanencia y ausencia de identidad inherente.

Para ver y registrarte en los próximos retiros Vipassana-Goenka en los centros más cercanos a tu ciudad visita dhamma.org

Mucha suerte en tu retiro Vipassana-Goenka, espero escuchar tus comentarios!

 

 

 

Cómo darle continuidad a tu práctica de meditación después de un retiro

Cómo darle continuidad a tu práctica de meditación después de un retiro

Cuando sales de un curso o retiro de meditación, te encuentras con un gran reto, el de darle continuidad a tu práctica de meditación. Durante el retiro tenías un horario con una rutina y disciplina de grupo o personal, no tenías muchas distracciones, no había Internet, ni tenías que preocuparte por tu comida, trabajo y otras cosas. Todo estaba organizado. Pero al salir te involucras con muchas actividades, personas, compromisos, y muy pronto te encuentras distraída y no encuentras tiempo para tu meditación. Como decía William James, aquello a lo que atiendes se vuelve tu realidad. Así que muy pronto tu realidad es otra, tus hábitos pasados regresan te jalan de nuevo a poner lo urgente, el trabajo, los compromisos sociales las labores caseras, etc, antes que tu meditación.

Aquí es cuando tienes que recordarte todos los días cuales son tus prioridades, y esto es más fácil si dedicas 5 minutos por la mañana a reflexionar en lo que es significativo para tu vida, y el cómo puedes ser de mayor beneficio en el mundo.

Para cultivar disciplina es bueno fijar tiempos para hacer tus sesiones de meditación todos los días a la misma hora. Al despertar como lo mencionaba, es bueno hacer una sesión de mediación que te ayude a empezar el día concentrado y con una buena motivación. Después de comer hacer otra sesión y antes de dormir otra.

Pueden ser de 15, 30 o 60 minutos. Idealmente quieres ir progresando hasta poder meditar una hora en la mañana, una al medio día y una en la noche. Tres horas de meditación al día tienen un gran efecto en tu mente y puedes progresar en la práctica de shamatha.

No te preocupes si sientes que no tienes tiempo, con que dediques 5 minutos, 3 veces al día empezarás a sentirte mejor y poco a poco encontrarás el tiempo para incrementar tus sesiones.

Durante esas sesiones, es importante que las veas no como un trabajo más, sino como momentos donde te puedes relajar completamente de todo tu estrés y preocupaciones, dónde puedes disfrutar el gozo que surge al estar en el presente. Esto no sólo te hará sentir bien, sino que hará que quieras meditar más. Recuerda que la meditación no sólo es para liberar estrés, lo que estamos cultivando es una mente balanceada, que pueda estar relajada mientras desarrolla mucha concentración, atención, viveza, presencia y sabiduría.

También es importante intentar estar consciente durante el día de todas nuestras acciones de cuerpo palabra y mente. Aquí es donde aplicamos la práctica de mindfulness con discernimiento, eligiendo actuar de manera ética, refrenando nuestros impulsos de ofender, criticar, juzgar, etc. y en su lugar practicando la paciencia, la generosidad, la bondad amorosa, la compasión y la ecuanimidad.

Una práctica que podemos hacer mientas interactuamos con gente en el trabajo o en la calle, es la de Tong Len (el tomar y el dar) donde con cada inhalación deseamos que esos seres (animales incluidos) se vean libres de su sufrimiento y con cada exhalación les deseamos que encuentren paz y felicidad genuina y duradera. Cuando hagas esta práctica con personas que te desagradan, deséales que se vean libres de su enojo, orgullo, ignorancia, envidia, etc, y que desarrollen sabiduría, compasión, bondad, paciencia, y todas las virtudes que te gustaría que tuvieran. De este modo, en vez de crear karma negativo, estás cultivando una mente amorosa y ecuánime, que incluye tanto amigos como a extraños y enemigos.

Recuerda, cada momento de tu día lo puedes transformar en una práctica de entrenamiento mental.

Espero que estos consejos te ayuden a practicar la meditación, si tienes preguntas o comentarios déjalos aquí abajo.