Amigos, les tengo un nuevo video de la Ven. Robina Courtin en la que nos enseña a Cultivar una compasión valiente. La traducción al español la realicé yo durante su ciclo de enseñanzas en Bogotá.
Que la disfruten y si tienen preguntas, estaré feliz de responderles.
Nuestra motivación es lo que determina si nuestra práctica de meditación es un parche superficial para aliviarnos un poco del estrés y relajarnos, o si es una práctica más profunda, que puede conducirnos a liberarnos completamente de la insatisfacción, el dolor, el miedo y descubrir la felicidad genuina. Más aun nuestra motivación puede ser tan grande que nos lleve a practicar la meditación no sólo por nuestro propio beneficio sino también por el de los demás.
Te recomiendo leer el artículo en donde hablo del cómo estructurar tu sesión de meditación. Así, cuando nos sentamos a meditar dedicamos los primeros 1 a 5 minutos de nuestra practica para reflexionar en la motivación por la que meditamos, intentando ser honestos con nosotros mismos. Reflexionamos en lo importante que es el entrenar a nuestra mente para cambiar de hábitos, para cultivar atención y concentración y para liberarnos de las aflicciones mentales. Piensa en los beneficios del entrenar a tu mente en la atención y la sabiduría y en cultivar balance emocional y mental. Piensa que tus sesiones formales son equivalentes al ir al gimnasio pero en este caso lo que estas entrenando es la mente. Y reflexiona en los efectos positivos que tiene el practicar diariamente. Así nos motivamos a practicar de manera adecuada.
Reflexiona en lo valioso que es tener salud, tiempo libre y deseos de entrenar a tu mente, y aprecia cada momento en el que te puedas sentar a meditar, porque no sabes cuando llegará la enfermedad, la vejez y la muerte. Determinate a aprovechar cada instante, viviendo en el presente con una mente tranquila y atenta, cultivando un buen corazón y desarrollando tu sabiduría.
Así mismo al terminar nuestra meditación nos determinamos a continuar atentos de las motivaciones que nos mueven a pensar, hablar y actuar de cierta manera. En la medida que seamos más conscientes del porqué hacemos cada cosa que hacemos, nos daremos cuenta de cuáles son las motivaciones detrás de nuestras acciones, y poco a poco iremos comprendiendo que cuando tenemos motivaciones egoístas y auto-centradas, estaremos generando problemas y sufrimiento para nosotros y los demás. Así poco a poco nuestra motivación principal será el hacernos felices a nosotros y a los demás.
La meditación es relajar a nuestra mente, pero al mismo tiempo mantenerla alerta, presente, despierta, clara. Hay muchos métodos para meditar, unos se apoyan en visualizaciones, otros en recitaciones de mantras, etc. Pero hay muchos malentendidos sobre lo que es la meditación. En occidente comúnmente se piensa que meditar es dejar de pensar, o relajarnos hasta quedarnos dormidos. Esto es un error.
A través de la meditación podemos familiarizar a la mente con estados mentales positivos, podemos también desarrollar atención y concentración y podemos desarrollar sabiduría. Nos podemos hacer más conscientes de nuestros pensamientos, acciones y hábitos negativos y entrenar a nuestra mente para volvernos personas más bondadosas, pacientes y generosas.
Las meditaciones que les compartiré tienen diferentes objetivos pero las podemos agrupar en tres grandes grupos: ética, atención y sabiduría.
En el grupo de la ética las meditaciones nos ayudan a cultivar un buen corazón, a volvernos menos egoístas, y a pensar más en los demás. Así cómo a trabajar con emociones negativas como el enojo, el apego, los celos, la arrogancia, etc. Y a transformarlas en paciencia, generosidad, bondad, compasión y ecuanimidad.
En el grupo de la atención tenemos meditaciones que nos ayudan a vivir en el presente liberándonos de los recurrentes pensamientos sobre el pasado y las preocupaciones futuras. Además nos ayudan a encontrar un balance entre la concentración y la relajación de modo que podamos vivir plenamente sin estresarnos.
En el grupo de la sabiduría tenemos meditaciones que nos ayudan a entender como existe el mundo y nosotros mismos y a relacionarnos de una manera sabia con las experiencias. Personas y objetos que nos rodean. Sin generar apego o rechazo hacia estos y sin demandar de estos una felicidad que no nos pueden dar.
Estas meditaciones tienen su origen en la tradición budista pero son universales en el sentido de que nos pueden beneficiar a todos sin importar nuestras creencias, raza o genero. Las aprendí de mi maestro Alan Wallace quien es uno de los grandes pensadores de nuestro siglo. Siendo un científico, Alan nos enseña que todas estas prácticas tienen un beneficio que podemos experimentar por nosotros mismos y que no requieren de la fe.
Te recomiendo comenzar con las siguientes meditaciones:
Las prácticas contemplativas se pueden resumir en los «Tres Entrenamientos»:
1. Ética: beneficiar a los que te rodean y evitar dañar a personas, animales y medio ambiente. Desarrollando generosidad, paciencia, disciplina y entusiasmo.
2. Concentración: Desarrollar una mente atenta, presente, capaz de enfocarse sin distracción, pero relajada y sin dialogo interior. Capaz de enfocarnos en pensamientos y emociones positivas y removiendo nuestra atención de ideas y pensamientos negativos.
3. Sabiduría: Analizar la realidad del como existimos nosotros mismos y todo lo que nos rodea. Aceptando que todo es impermanente e interdependiente y que todo carece de una identidad concreta.
Recuerda lo que hiciste el lunes pasado. ¿Te acuerdas de lo que comiste? ¿De la ropa que vestías, de la gente con la que te encontraste, de las cosas que dijiste?
¿Te cuesta un poco de trabajo recordar? Quizá sea porque constantemente recibimos tanta información y cuando queremos concentrarnos en lo que sucede en el presente hay tantas distracciones!
Nuestra atención salta de un lado a otro, intentando multifuncionar en varias tareas. Cuando decidimos enfocarnos en una cosa podemos permanecer concentrados entre 3- y 10 segundos, antes de que nuestra mente comience a distraerse con pensamientos, después de 10 minutos de realizar una actividad, hay algo que interrumpe el flujo de nuestra atención y nos distrae.
Hay dos prácticas en las que queremos entrenar a nuestra mente, la primera es la presencia mental, a través de la cual tenemos una atención abierta a todos los sentidos, conscientes de todo lo que está ocurriendo en este momento, sin enfocarnos en una cosa en particular, pero sin dejar desapercibido algo que esté sucediendo en el presente.
La segunda práctica es la atención enfocada, elegimos enfocarnos y concentrarnos en algo que está sucediendo o estamos haciendo en el presente. Dejamos todo lo demás en la periferia de nuestra atención y a medida que nos concentramos más, entramos en el estado de flujo donde ya no notamos nada más que nuestro objeto de atención. Perdemos noción del tiempo y de lo que nos rodea. Cuando estamos tan concentrados surge gozo y disfrutamos lo que estamos haciendo. Pero muchas veces al concentrarnos nos tensamos, por lo que es importante estar atentos de nuestro cuerpo y mente y aprender a relajarlos.
Ambas prácticas requieren la atención plena que es la capacidad de prestar atención, pero también recordar recordar nuestra atención al objeto.
Lo primero entonces es reconocer que es importante para nosotros, y darle nuestra atención, necesitamos dejar de desperdiciar nuestro tiempo atendiendo a pensamientos y fantasías que no tienen ninguna relevancia para nuestras metas, y enfocarnos aquí y ahora en lo que es verdaderamente importante.
A medida que entrenamos mas y mas nuestra atención, nos volvemos más eficientes y somos capaces de hacer progreso en lo que es importante, por eso es importante fortalecer nuestra atención a través de la práctica constante.
Te recomiendo los siguientes artículos para seguir aprendiendo sobre el entrenamiento de esta maravillosa facultad de la atención:
Nuestra mente persigue constantemente todo tipo de deseos, desde que nos despertamos hasta que nos vamos a la cama perseguimos compulsivamente aquello que creemos nos traerá placer, bienestar o felicidad, y tratamos de evitar el dolor la incomodidad y el sufrimiento.
El problema es que quisiéramos lograr muchas cosas pero no nos alcanza el tiempo para hacer todas. Al final del día terminamos con una sensación de que no hemos progresado lo suficiente.
Lo primero que debemos preguntarnos es cuál es nuestra motivación, ¿para que quieres conseguir lo que persigues? Todo se reduce a querer mas placer, reconocimiento, éxito, estabilidad seguridad, control o ser querido y respetado.
Ahora intenta pensar si el logro de tus metas beneficiará a otros seres. ¿Cómo te sentirías si consiguieras éxito en una de estas metas, en las que no sólo obtienes beneficio tú, sino también aquellos que te rodean? Una motivación egoísta te traerá un breve placer mientras que una motivación altruista te traerá una gran satisfacción duradera.
Para lograr cualquier meta, necesitas esfuerzo y dedicación, pero sobre todo una MENTE ENFOCADA y una CLARA MOTIVACION.
Empieza por enfocarte en únicamente de 1 a 3 metas, las que realmente sean significativas y que se complementen entre si.
Determinate a dejar ir todas esas pequeñas metas que sólo te distraen y concéntrate sólo en tu meta principal.
Me interesa saber si has practicado alguna técnica para mejorar tu atención y concentración. ¿Por cuánto tiempo has practicado? ¿Tienes algún consejo para alguien que apenas comienza? Tienes algún consejo que compartir? o ¿alguna pregunta sobre los métodos que aquí te comparto?
Porfavor deja un comentario. Tu experiencia podría realmente beneficiar a alguien más.