Cuando te sientes rechazado, agredido, sólo, deprimido, enojado; estás creando separación con el mundo, estás en desacuerdo con el presente, estas juzgando. Lo mejor que puedes hacer es aceptar este momento y ser totalmente consciente de la emoción que experimentas, sin rechazarla, pero sin alimentarla con más pensamientos, observa a los pensamientos que surgen involuntariamente y déjalos pasar, manténte presente y descansa en la conciencia de estar consciente, de estar vivo, de estar experimentando, deja que tu mente sea como el cielo inmóvil y tus pensamientos y emociones como nubes que surgen y pasan. No luches, no rechaces la experiencia, no actúes. Permanece inmóvil observando tu mente, ve a caminar solo y coordina tus pasos con tu respiración mientras atiendes a las emociones y las sensaciones en tu cuerpo.
No analices los detonadores de tu emoción hasta que ésta haya disminuido o pasado por completo.