Nuestra sociedad sobrevalora la productividad, y mucha gente vive infeliz por la demanda de tener que ser productivo, la consecuencia de este sistema es gente que se lleva al extremo de sobrecargarse de trabajo y estrés. Aunque la terapia ocupacional, tiene sus beneficios, si analizamos a fondo el objetivo de ésta, es el distraer a la mente con actividades y entretenimientos. Por un lado cumple su función de removernos de estímulos dolorosos y enfocar la atención en otra actividad, pero por otro lado no nos permite observar a la mente y descubrir sus potenciales de sanar, balancearse y encontrar una felicidad que no se basa en estímulos externos.
Todo en nuestra sociedad está orientado a distraernos y entretenernos, la televisión, el internet, las reuniones sociales, etc. La consecuencia de esto es que cuando el ser humano se encuentra sólo y sin actividad que lo distraiga empieza a hacerse consciente de la ansiedad, miedo, soledad, depresión y otras emociones que han estado fuera del umbral de la consciencia mientras se encontraba distraído. Muchos no pueden soportarlo y corren en busca de actividades, personas y cualquier cosa que los entretenga y distraiga de su gran temor: estar consigo mismos, sin un estímulo de por medio. Nos hemos vuelto adictos a la actividad y esto tiene consecuencias mentales y físicas.
Como decía Blaise Pascal (1623-1662):“Cuando yo algunas veces me he puesto a considerar las diversas preocupaciones de los hombres, y los peligros y las penas a las que se exponen en la Corte, en la guerra, de donde nacen tantas querellas, pasiones, empresas osadas y frecuentemente malas, etc., he dicho muchas veces que toda la desgracia de los hombres proviene de una sola cosa, que es no saber permanecer en reposo en una habitación.»
Te propongo aprender a estar en control de tus pensamientos y emociones sin importar la circunstancia en la que te encuentres, entrenar a tu mente para que puedas encontrar paz mental tanto en soledad como en compañía, a volverte independiente. Para esto propongo ejercicios basados en el entrenamiento mental y el cultivo del balance emocional. Lo consiste en ayudarte a dirigir tu atención de forma voluntaria y sostenida, el enseñarte a diferenciar entre la realidad y las ideas que proyectas sobre de ti mismo, los demás y las situaciones, así como entrenar a tu mente para estar consciente cuando una emoción destructiva comienza a surgir, y poder liberarla antes de entrar en el periodo refractario y tener una reacción impulsiva como la de dañarte a ti mismo o los demás, ayudarte a cultivar motivaciones e intenciones que orienten tu vida en una dirección constructiva, así como el cultivo de la empatía hacia el sufrimiento de los demás y a cultivar la ecuanimidad cuando situaciones difíciles se presenten en tu vida, y finalmente el ayudarte a descubrir que en soledad también puedes encontrar paz mental, claridad y felicidad si aprendes a observar el flujo de pensamientos, emociones y eventos mentales que surgen, moran y se desvanecen, sin aferrarse ni identificarte con estos. La fusión cognitiva es la raíz del problema y se puede ser libre si se aprende a tomar distancia de los pensamientos y emociones destructivos.