La meditación es relajar a nuestra mente, pero al mismo tiempo mantenerla alerta, presente, despierta, clara. Hay muchos métodos para meditar, unos se apoyan en visualizaciones, otros en recitaciones de mantras, etc. Pero hay muchos malentendidos sobre lo que es la meditación. En occidente comúnmente se piensa que meditar es dejar de pensar, o relajarnos hasta quedarnos dormidos. Esto es un error.
A través de la meditación podemos familiarizar a la mente con estados mentales positivos, podemos también desarrollar atención y concentración y podemos desarrollar sabiduría. Nos podemos hacer más conscientes de nuestros pensamientos, acciones y hábitos negativos y entrenar a nuestra mente para volvernos personas más bondadosas, pacientes y generosas.
Las meditaciones que les compartiré tienen diferentes objetivos pero las podemos agrupar en tres grandes grupos: ética, atención y sabiduría.
En el grupo de la ética las meditaciones nos ayudan a cultivar un buen corazón, a volvernos menos egoístas, y a pensar más en los demás. Así cómo a trabajar con emociones negativas como el enojo, el apego, los celos, la arrogancia, etc. Y a transformarlas en paciencia, generosidad, bondad, compasión y ecuanimidad.
En el grupo de la atención tenemos meditaciones que nos ayudan a vivir en el presente liberándonos de los recurrentes pensamientos sobre el pasado y las preocupaciones futuras. Además nos ayudan a encontrar un balance entre la concentración y la relajación de modo que podamos vivir plenamente sin estresarnos.
En el grupo de la sabiduría tenemos meditaciones que nos ayudan a entender como existe el mundo y nosotros mismos y a relacionarnos de una manera sabia con las experiencias. Personas y objetos que nos rodean. Sin generar apego o rechazo hacia estos y sin demandar de estos una felicidad que no nos pueden dar.
Estas meditaciones tienen su origen en la tradición budista pero son universales en el sentido de que nos pueden beneficiar a todos sin importar nuestras creencias, raza o genero. Las aprendí de mi maestro Alan Wallace quien es uno de los grandes pensadores de nuestro siglo. Siendo un científico, Alan nos enseña que todas estas prácticas tienen un beneficio que podemos experimentar por nosotros mismos y que no requieren de la fe.
Te recomiendo comenzar con las siguientes meditaciones: